Trastorno De Pánico En Niños
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CUIDADO AMBULATORIO:
El trastorno de pánico
es un trastorno de ansiedad que hace que su hijo tenga ataques de pánico repentinos. Un ataque de pánico es una sensación intensa de miedo o malestar. El ataque comienza de manera repentina, es peor 10 minutos después de comenzar y se detiene a los 20 minutos. El ataque puede tener un desencadenante, o puede ocurrir sin ningún motivo. El trastorno de pánico significa que su niño tuvo al menos 2 ataques de pánico sin desencadenantes. Los ataques hicieron que su hijo se preocupara que tendría otros ataques a lo largo del mes siguiente. Los ataques o la preocupación sobre los ataques futuros también cambian el comportamiento de su hijo. Por ejemplo, deja de salir con amigos por temor a un ataque.
Los signos y síntomas comunes de un ataque de pánico son:
- Dolor o molestia en el pecho, o latidos rápidos o irregulares
- Sudoración, temblor, desvanecimiento o desmayo
- Hiperventilación (la frecuencia respiratoria de su hijo es tan rápida que hace que se maree, se desvanezca o se desmaye)
- Falta de aire, dificultad para respirar o una sensación de ahogo o sofoco.
- Palidez o piel fría, escalofríos o bochornos
- Náuseas, vómitos o dolor abdominal
- Su hijo puede sentirse como que está separado de su cuerpo
Llame al número de emergencias local (911 en los Estados Unidos) si:
Alguno de los siguientes signos de un ataque cardíaco:
- Estrujamiento, presión o tensión en el pecho
- y podría incluir cualquiera de los siguientes:
- Malestar o dolor en la espalda, cuello, mandíbula, abdomen, o brazo
- Falta de aliento
- Náuseas o vómitos
- Desvanecimiento o sudor frío repentino
Comuníquese con el médico o terapeuta de su niño si:
- Su hijo tiene síntomas nuevos o peores.
- Usted tiene preguntas o inquietudes sobre la condición o el cuidado de su hijo.
El tratamiento
podría incluir cualquiera de los siguientes:
- Los medicamentos podrían administrarse para que su niño se sienta más relajado o para reducir la ansiedad que provoca un ataque de pánico. Algunos medicamentos solo se toman cuando su niño tiene un ataque de pánico. Otros medicamentos se pueden tomar para evitar los ataques de pánico. Los medicamentos generalmente se administran con terapia u otros tratamientos.
- Un terapeuta de conducta puede ayudar a su niño a controlar la forma en que su cuerpo responde a las situaciones estresantes. Un fisioterapeuta también podría enseñarle a su hijo cómo relajar los músculos y disminuir la frecuencia respiratoria durante un ataque de pánico. Le puede enseñar cómo darse cuenta de que el ataque de pánico no empeorará. Su hijo también podría aprender maneras de prevenir o detener la hiperventilación.
- Terapia de exposición gradual se usa para ayudar a su niño a cambiar su reacción a los desencadenantes. Su hijo está expuesto a factores desencadenantes en pequeñas cantidades. La cantidad de exposición se aumenta poco a poco hasta que los desencadenantes ya no lo afecten ni le provoquen un ataque de pánico.
Ayude a su niño a controlar el trastorno de pánico:
- Lleve un registro de los ataques de pánico de su hijo. El registro debe incluir cada ataque de pánico, cuánto tiempo duró y cualquier cosa que ayudó a detenerlo. Traiga el registro con usted cada vez que visite a los médicos de su niño.
- Ayude a su hijo a controlar el estrés. El estrés o la tensión pueden desencadenar un ataque de pánico. Ayude a su hijo a hablar sobre el estrés que siente. Ofrézcale apoyo y aliento. Su niño podría necesitar ayuda para encontrar una solución a un problema. Tal vez también necesite simplemente hablar.
- Anime a su niño a mantenerse físicamente activo. La actividad física, como el ejercicio, puede reducir el estrés y ayudar a que su niño duerma mejor. Los niños y adolescentes deberían hacer al menos 60 minutos de actividad física cada día. El médico de su niño puede ayudarlo a crear un plan de ejercicios.
- Establezca un horario para dormir. Muy poco sueño puede aumentar su ansiedad. Trate que su hijo se acueste a dormir a la misma hora todas las noches y se levante a la misma hora todas las mañanas. Mantenga la habitación de su niño tranquila y sin distracciones, como la televisión o computadora.
- Ofrézcale a su hijo una variedad de alimentos saludables. Los alimentos saludables incluyen frutas, verduras, productos lácteos, carne magra, pescado y legumbres. Limite el consumo de azúcar. El azúcar puede aumentar los síntomas de su niño.
- No permita que su hijo consuma alimentos o bebidas que contienen cafeína. Esto incluye café, té, gaseosa, bebidas energéticas y chocolate. La cafeína puede empeorar la ansiedad o desencadenar un ataque de pánico.
- Hable con su adolescente sobre no fumar. La nicotina y otros químicos en los cigarrillos y cigarros pueden aumentar la ansiedad. Solicite al médico de su hijo adolescente información si su hijo fuma y necesita ayuda para dejar de hacerlo. Los cigarrillos electrónicos o el tabaco sin humo igualmente contienen nicotina. Hable con el médico de su hijo adolescente antes que use estos productos.
Acuda a sus consultas de control con su terapeuta o pediatra según le indicaron:
Los médicos de su hijo le preguntarán si los medicamentos están ayudando a reducir los síntomas. Infórmeles acerca de los efectos secundarios o los problemas que su hijo tenga con el medicamento. Algunas veces es necesario cambiar el tipo o la cantidad de medicamento. Anote sus preguntas para que se acuerde de hacerlas durante sus visitas.
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